Todos estamos hechos de la misma esencia
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La plaza

La plaza. Fotograma del largometraje. Muestra a un hombre encima de un coche con una guitarra, mirando a cámara, apoyado en un coche donde hay más músicos.

Título: La plaza

Título original: La Place (Essaha)

Director: Dahmane Ouzid

Año: 2010

Género: Musical

Género: Ficción, Comedia.

Duración: 80′

Formato original: 35MM

Tipo: Color

País: Argelia

Idioma original: Árabe

Edición y Montaje: Amel Ghanem

Intérpretes: Habid Aïchouche, Omar Remichi, Amine Boumediene, Karim Zenimi, Mokrane Saddedine

Dirección de fotografía: Touzène Semcheddine

Guión: Salim Aïssa

Producción: Machaho Production

Sonido: Mahamed Zouani

Música: Salim Aïssa, Amine Hemruche, Youssef Boukelta, Sidi Bemol

Sinopsis


En una ciudad residencial, un problema comienza a dividir a la gente: ¿qué hacer con la plaza?, un terreno baldío ubicado en el centro que provoca choques entre los vecinos. Para decidir en qué convertirlo: zona verde, una mezquita, el ágora, centro comercial…“Queremos ofrecer al público un espejo de Argelia en el que se pueda ver y apreciar«.

El espacio público como reflejo de una nación en disputa

En La Plaza, dirigida por Dahmane Ouzid en 2010, un espacio aparentemente neutro —una simple plaza vacía en el centro de una ciudad residencial— se convierte en el epicentro de un conflicto profundamente humano y social. Aunque pueda parecer una discusión banal sobre urbanismo, el debate sobre qué hacer con ese terreno revela las múltiples tensiones que atraviesan la sociedad argelina contemporánea. Por un lado, algunos vecinos desean una zona verde que favorezca la convivencia; por otro, hay quienes proponen construir una mezquita, un centro comercial o un ágora para el debate público.

Tradición y modernidad en el cine argelino: el conflicto simbólico de La Plaza

A medida que el conflicto crece, también se exponen las diferentes visiones de mundo que coexisten en el país: tradición y modernidad, religión y secularismo, comunidad y mercado. De este modo, la película se convierte en una alegoría de la Argelia actual. Además, la obra no toma partido, sino que presenta un abanico de perspectivas que, aunque opuestas, están unidas por un deseo común: pertenecer, decidir, transformar el espacio en función de las propias necesidades.

La Plaza: cine coral sobre pertenencia y poder

Asimismo, el filme plantea una elucubración sobre cómo el espacio público no es solo físico, sino también simbólico. En consecuencia, disputarlo es disputar la identidad colectiva. ¿Quién tiene derecho a decidir? ¿Qué valores deben prevalecer? Por tanto, La Place ofrece una mirada lúcida, pero también esperanzadora, sobre la posibilidad de diálogo.

Una metáfora urbana del alma colectiva en el cine argelino contemporáneo

Finalmente, Dahmane Ouzid logra mostrar con humor, tensión y realismo cómo un lugar vacío puede estar lleno de significados. Gracias a su enfoque coral y su tono reflexivo, la película actúa como un espejo de Argelia —tal como el director pretendía— y nos invita, además, a pensar en nuestras propias plazas: esos espacios comunes donde se define quiénes somos como sociedad.

El filme La plaza participó en la edición 2011 del Festival de cine el ojO cojo en ese sentido nos sentimos honrados de haberla exhibido.

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