TÍTULO: Los monstruos de mi casa
TÍTULO ORIGINAL: Els monstres de ca meva
AÑO: 2010
DIRECTOR: Marta Hierro y Alberto Jarabo
GÉNERO cinematográfico: documental
DURACIÓN: 60′
PAÍS: España
FORMATO ORIGINAL: HDV PAL
IDIOMA ORIGINAL: catalán, castellano y francés
SUBTÍTULOS: castellano
PRODUCCIÓN: Quindrop Producciones Audiovisuales SL
GUION: Marta Hierro (basado en los textos de Carmen Artero)
EDICIÓN/MONTAJE: Alberto Jarabo e Isabel Ortega
DIRECCIÓN DE FOTOGRAFÍA: Alberto Jarabo y Javier G. Bordas
SONIDO: Óscar Eguía
MÚSICA: Francisco Albéniz
Opera prima
Sinopsis
Una decisión desde el corazón
Carmen Artero es una mujer profundamente consciente de las carencias del sistema de protección infantil.
En este contexto, ha conocido de cerca casos de desamparo y dolor.
Es decir, ha visto cómo la infancia sufre en silencio por la negligencia de los adultos.
Por lo tanto, decidió no quedarse de brazos cruzados.
Aun así, sabía que enfrentaría desafíos emocionales y sociales importantes.
Un hogar como refugio
Su forma de actuar fue concreta y valiente: abrir las puertas de su casa.
Dicho de otro modo, convirtió su hogar en un refugio para menores vulnerables.
Por un lado, acoge a niños víctimas de malos tratos; por otro lado, les ofrece afecto y estabilidad.
Así mismo, atiende casos de abuso sexual y abandono familiar con respeto y firmeza.
Además, cada niño que llega encuentra un espacio donde sanar y sentirse seguro.
Como resultado, muchos de ellos han podido reconstruir su confianza y su futuro.
Más allá del deber
Carmen no actúa por caridad, sino por justicia emocional.
De hecho, su compromiso nace de un profundo sentido de responsabilidad social.
En consecuencia, su testimonio inspira a otras familias a involucrarse.
A su vez, demuestra que la verdadera protección comienza desde el entorno más cercano.
En otras palabras, un hogar puede ser el inicio de una nueva vida.
Un modelo de esperanza
El ejemplo de Carmen trasciende fronteras y burocracias.
En resumen, su historia pone rostro a una problemática invisible.
Finalmente, este documental nos invita a mirar de frente el dolor infantil.
Por ende, recuerda que cada niño merece una oportunidad y alguien que crea en él.